La cuenca del Valle de Elqui se ubica la capital regional, la ciudad de La Serena, la cual, es la ciudad más antigua de la costa de Chile. Ésta se caracteriza por tener una arquitectura colonial en el centro de la ciudad, la que tiene estrecha conexión con los españoles permitió que en 1547 se diaria origen a la cultura vitivinícola en Chile, cuando conquistadores españoles trajeron las primeras plantas viníferas desde Lima.
Ésta es la costa más larga de una ciudad en Chile y se une con Coquimbo, la ciudad puerto. Esto permite tener una amplia variedad de alimentos del océano pacífico que combinados a los productos agrícolas de los valles crea la gastronomía que los locales llaman “del Mar a las Estrellas”, haciendo alusión a la cercanía que hay con el universo desde los valles que esconde el Gran Coquimbo.
En 1968 ya se había terminado de construir los observatorios científicos Cerro Tololo y La Silla. Estos se transformaron en un hito puesto que venían a reforzar la investigación del universo, pero desde la perspectiva del hemisferio sur. A la fecha estos observatorios han brindado a la ciencia información que ha permitido descubrir planteas, observar la primera super nova por el humano o instaurar que el universo aún se expande desde el big bang. Puedes visitar estos observatorios todos los sábados del año y conocer la tecnología que permitió estos avances de la ciencia.
La tranquilidad existente en los lugares donde la oscuridad es suficiente para observar los astros permite a los humanos recargar energías y conectarse con la escancia de la vida. El Elqui tiene preparada experiencias para todo tipo de visitantes que le intrigue conocer el universo, es posible tener fogatas en cerros contemplando el cosmos, cabalgar bajo la luz de las estrellas, catar vino bajo el cielo estrellado y aprender sobre el origen del universo, entre otra serie de actividades estimulantes del conocimiento que se combinan con terapias de bienestar humano y una gastronomía que refleja todo el “Sabor Elquino”.
La Reserva Marina más grande de Chile abarca casi 900 Hectáreas y esta compuesta por tres islas: Damas, Choros y Chañaral. Esta última pertenece a la región de Atacama. Visitar este lugar resulta toda una aventura, cuando partes el viaje puedes ir notando en el paisaje como los tonos verdes cambian a café del desierto. Siempre en la entrada a la quebrada de Los Choros hay zorros o guanacos dando la bienvenida a los visitantes. La visita a la reserva se hace un botes que adaptaron los pescadores locales para hacer los paseos a los visitantes, el trayecto dura aproximadamente dos horas y contempla la visitar la isla Choros, además de descender en la isla Damas. En el recorrido de la reserva se avistan delfines, ballenas, lobos de mar, aves y pingüinos, este último se ve un poco raro al lado de cactus. En el pueblo de Punta de Choros hay una gastronomía de especialidad marina, donde el ”Loco” y “Peces de Rocas” se roban la película. Otras de las actividades que puedes desarrollar en este rustico lugar es bucear, practicar surf o alojarte en cabañas familiares o campings muy bien equipados.
La Región de Coquimbo es reconocida por su gastronomía especializada en productos del mar, todo esto es posible gracias a la corriente de Humboldt que al chocar con las surgentes de aguas frías del fondo de la tierra en Punta de Choros generan las condiciones ideales para que a lo largo de la costa se puedan extraer los mejores productos del mar existentes en este planeta, no es una exageración.
En 1733 se registro la primera producción de Pisco en el Valle de Elqui. Aquí parte la historia del destilado más antiguo de América, cuyo primer uso fue para que los mineros de alta Cordillera no sufrieran del frío. En la actualidad se puede conocer la historia del Pisco visitando las destilerías que aun preservan este patrimonio chileno.